Oficina del Tsuchikage en funciones

por **Madara** Sáb 11 Ago 2012 - 3:26

Como por arte de magia, Madara apareció en el despacho del Tsuchikage de Iwagakure junto a los clones del Hokage y del Raikage. El cuervo que se había colocado sobre su hombro izquierdo, agitó sus alas negras y salió volando de aquella sala por la ventana, la cual, se encontraba abierta. Madara, sin seguir hablando a los clones, caminó hacia su propia mesa y dejó la jeringuilla sobre ella con mucho cuidado de no romperla. Acto seguido, fue caminando hacia un armario que había en el despacho, abriendo sus puertas para ver lo que guardaba en su interior. Dentro, se encontraba la ropa oficial del Tsuchikage: un kimono de color blanco y un sombrero con el kanji de la Roca. También había varias cintas de Iwagakure, botas, chalecos y cinturones. Madara extendió su mano izquierda para coger un cinturón del armario, para después cerrar sus puertas de un portazo. Segundos después, metió su mano en el bolsillo de su pantalón, sacando el pergamino azul marino que le había dado la Mizukage, tirándolo al aire al mismo tiempo que se abría, haciendo aparecer un arma que parecía una espada. Esta espada era muy especial, porque en su mango había una calavera y estaba vendada por completo. La espada, de repente, pareció moverse en el aire por su propia voluntad y desgarró una parte de las vendas, mostrando unas escamas de tiburón en su interior.-Samehada, parece que te alegras de volver a verme, ¿verdad?-Con una verdadera sonrisa de alegría (la primera en mucho tiempo por parte del Uchiha), miró a Samehada como si fuese una antigua amiga y estiró sus brazos en señal de abrazo. La espada, que trotaba por el aire, giró alrededor de Madara como si fuese un animal de compañía y se colocó en su espalda. Acto seguido, Madara se ató el cinturón, uniendo su espalda con la de Samehada para poder llevarla con mayor facilidad.-Perdona amiga, sabes que no me gusta llevarte atada, pero así será mucho más cómodo para los dos. Por mi parte, te tendré a mano en todo momento, y tu, te ahorrarás tener que moverte por el aire todo el rato, sé que eso te agota.-Sin dejar de sonreir, caminó hacia la mesa de su nuevo despacho, levantando la manga de su brazo izquierdo con la ayuda de su mano derecha. Unos segundos más tarde, el Uchiha cogió la jeringuilla de cristal y se inyectó por vía intravenosa su contenido: la sangre del Kazekage Sieg. Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del shinobi, de modo que parecía retorcerse de puro placer por el hecho de recibir esa adicción de poder. Madara disfrutó el momento hasta que ya no quedaba ni una sola gota de sangre en la jeringuilla, para, más tarde, mirar directamente los ojos de los clones con su Rinnegan... ahora era su turno.

por **Madara** Sáb 11 Ago 2012 - 5:07

Madara miró con el ceño fruncido y el rostro serio a los clones de Minato y Stefano. Había llegado el momento de mejorar sus cuerpos y convertirlos en seres perfectos, o casi perfectos. Con una sonrisa malvada, miró a Stefano y comenzó a decirles unas palabras.-Bueno, Stefano, quiero que actives tu Sharingan, primero te quitaré tu ojo izquierdo y se lo implantaré a Minato. Mi idea es que ambos tengais un Sharingan y un Rinnegan en vuestros ojos. Con el Sharingan, os anticipareis a los movimientos de vuestros adversarios. Con el Rinnegan, compartiremos la visión y además contareis con el poder que os otorga este doujutsu. Después... bueno, os daré un poco de poder para completar vuestros cuerpos.-Stefano asintió con la cabeza, y Minato miró a Madara con el rostro serio. Estos clones eran mudos, así que no podían hablar, sin embargo, en sus ojos se notaban unas miradas de poder y de confianza en sí mismos.
La última vez que Madara estuvo en un trasplante de ojos era el paciente, así que sería la primera vez que realizaría una operación. A pesar de esto, el Uchiha confiaba en su propia experiencia y gracias a su Sharingan podrá imitar a la perfección los movimientos del ninja que lo operó la última vez. Así pues, activó su Fumetsu Mangekyou Sharingan y miró a Stefano, que ya había activado el Sharingan de 3 aspas en ambos ojos. El Uchiha, cogió un frasco de cristal de un escritorio que había en el despacho y lo colocó sobre la mesa, abriendo su tapa con mucho cuidado. Acto seguido, pronunció el nombre de una técnica.-Bisturí de Chakra...-De repente, un chakra de color verdiazul apareció en los dedos índice y corazón de su mano derecha. Lentamente, el Uchiha levantó su mano en dirección al ojo izquierdo de Stefano. La situación era complicada y requería una precisión exacta. Madara estaba sudando y, de su frente, caían unas gotas de sudor que resbalaban por su piel y bajaban lentamente. Cuando los dedos del shinobi tocaron el ojo izquierdo de Stefano, se adentraron en la cuenca de su ojo y, como si estuviese cortando con un bisturí, fue bordeando su ojo hasta sacarlo por completo de su cavidad. Acto seguido, Madara cortó la punta de los nervios del ojo para sacar por completo una esfera pequeña y redonda, dejando el ojo en el interior del frasco de cristal. Los nervios de Stefano comenzaron a sangrar rápidamente debido a la hemorragia y Madara tenía que actuar sino quería matar a su ayudante por falta de sangre. El Uchiha cada vez estaba más nervioso y tenía sus manos empapadas de sudor, al igual que su frente.-Palma recuperadora...-El color verdiazul de los dedos de Madara de volvió verde por completo, y la mano del shinobi tocó los nervios de Stefano, haciéndolos cicatrizar en forma de costra y parando la hemorragia.
Verdaderamente se estaban viviendo momentos intensos y angustiosos en esa sala. Cada segundo que pasaba, el Uchiha dudaba mucho más de su propia capacidad para realizar operaciones quirúrgicas y de trasplantes de ojos, pero ahora no podía parar y tenía que continuar con la operación. Madara aprovechó esos pocos segundos de descanso para tomar una toalla del armario y secarse las manos y la frente. Después, miró a Minato y asintió con la cabeza.-Ahora es tu turno... lo pasarás un poco mal, ya que tengo que quitarte los dos ojos. Por suerte, ya que no van a servir, no necesito tanta precisión.-En ese momento, el cuervo negro apareció volando y entró por la ventana del despacho, colocándose encima de la mesa y dando unos golpes al frasco de cristal con su pico. Madara, que observó al pájaro asombrado, mostró una leve sonrisa malvada.-¡Je! No te preocupes, ahora tendrás tu comida, pequeño.-Al parecer, el cuervo tenía hambre, y seguro que ya había comido algo (y por eso se había ido antes), pero parecía querer una recompensa y su objetivo era el Sharingan de Stefano, y Madara no estaba por la labor de dárselo.

Técnicas usadas:

por **Madara** Sáb 11 Ago 2012 - 5:24

Volviendo a la operación, Minato se tumbó sobre el suelo, preparándose para la cirugía que estaba a punto de recibir. Madara se sentó de rodillas al lado se la cabeza del Senju y, de nuevo, volvió a pronunciar el nombre de un jutsu.-Bisturí de Chakra...-De nuevo, los dedos índice y corazón de su mano derecha fueron rodeados por un chakra de color verdiazul. Madara, esta vez, con menos dudas y más decidido que antes, acercó sus dedos al ojo derecho de Minato, introduciéndolos en su cuenca y cortando la punta de sus nervios, sacando el primer ojo y tirándolo al aire, ignorando el lugar donde caería el primer ojo. Acto seguido, repitió la misma operación con el ojo izquierdo del Senju, sacando el ojo de su cuenca y volviendo a tirarlo al aire.-Palma Recuperadora...-De la misma manera que había hecho con los nervios oculares de Stefano, repitió la curación en el ojo izquierdo de Minato, cicatrizando su herida y parando la hemorragia de sangre que brotaba del interior del Senju, manchando todo el suelo del líquido rojo oscuro. Sin embargo, todavía quedaba curar su ojo derecho, algo que no haría por ahora, ya que había llegado el momento de la implantación. Madara estiró su mano derecha hasta el frasco de cristal, cogiendo el Sharingan de Stefano y colocándolo en la cavidad del ojo derecho de Minato, uniendo la punta de sus nervios a la del ojo y haciéndolo cicatrizar con la ayuda de la Palma Recuperadora.
Por fin, tras varios minutos de operación, había conseguido realizar el primer trasplante con éxito. En ese momento, tanto Stefano como Minato tenían el Sharingan de 3 aspas en sus respectivos ojos derechos, dejando libres la zona izquierda para que se les pudiera implantar el Rinnegan. Ahora que ya nadie corría peligro, Madara decidió volver a descansar unos minutos, poniéndose de pie y dándose media vuelta, observando con su sonrisa malvada al cuervo, el cual, masticaba algo con el pico... parecía tener un color azul claro; los ojos de Minato habían desaparecido.

Técnicas usadas:

por **Madara** Sáb 11 Ago 2012 - 7:06

El cuervo, que había terminado de comer, comenzó a volar y, de nuevo, volvió a salir por la ventana. Madara no se preocupó, seguro que volvería más tarde y a partir de ese momento había conseguido una nueva mascota.-Mmm, es molesto, realmente está loco, pero me hace compañía.-El Uchiha, tras observar al cuervo que había salido por la ventana, puso su mirada en sus ahora tuertos compañeros. Dando un leve suspiro por las operaciones que había realizado, sólo quedaba lo más sencillo: implantar en las cuencas izquierdas de sus ayudantes el Rinnegan. En esta ocasión, el implante sería sumamente sencillo, ya que no tendría que realizar ninguna operación. Sin más, Madara se acercó a Minato, que seguía tumbado en el suelo. Colocó su mano derecha sobre la cavidad de su ojo izquierdo, y... pronunciando unas palabras en un susurro irreconocible, apareció de la nada un Rinnegan en su ojo izquierdo de Minato. Acto seguido, el Uchiha se acercó a Stefano mientras que el Senju se levantaba del suelo, y repitió el mismo movimiento, tapando la cavidad de su ojo izquierdo con la mano derecha y pronunciando unas palabras irreconocibles. De la nada, apareció el Rinnegan en el ojo izquierdo de Stefano.
Madara, separando su mano del ojo de Stefano, volvió a su puesto, cruzando sus brazos y sentándose encima de la mesa. Era evidente que aunque fuese el Tsuchikage en funciones, las maneras y las formas le importaban muy poco, así que por eso estaba sentado sobre la mesa, mirando a sus dos ayudantes... unos ayudantes que miraban al Uchiha con sus ojos... unos ojos diferentes pero llenos de poder.-Minato, Stefano... os aseguro que formaremos un buen equipo y nadie podrá pararnos. Ahora, creo que tendremos que prepararnos para cuando nos toque luchar. Minato, por favor, haz los honores.-Minato asintió con la cabeza, mientras que Stefano se levantó su camiseta. Con una leve sonrisa, el Senju colocó su mano derecha sobre el vientre de Stefano, colocando en él un sello especial, justo encima de su ombligo. Segundos más tarde, Minato caminó hasta Madara.-A mí pónmelo en la espalda, no quiero que nadie lo vea, además, así me aseguraré de que nadie me ataque por la espalda.-Minato asintió con la cabeza y levantó la camiseta de Madara por la espalda, colocando su mano en el homóplato izquierdo del Uchiha y poniendo en él el sello, para luego volver a bajar su camiseta.
El Uchiha, que se mostraba expectante y orgulloso de haber formado un equipo de 3 perfecto, miró a sus ayudantes, que ya habían vuelto a su posición, delante de Madara, y volvió a hablar de nuevo.-Ahora haréis un pacto con el Dios de la Muerte. En muchas ocasiones, utilizaré mi técnica más letal y si estáis conmigo necesitaréis protegeros, o de lo contrario, moriréis.-Tras decir esas palabras, Madara se puso de pie y extendió sus brazos. Acto seguido, comenzó a gritar, frunciendo el ceño y apretando sus puños con todas sus fuerzas.-¡¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHHHHH!!!!!!-De repente, un chakra de color negro, tan negro como la misma oscuridad, rodeó todo el cuerpo del Uchiha. Esta chakra comenzó a ascender hacia arriba, separándose de su cuerpo y tomando una forma espectral y endemoniada. Poco a poco, el chakra iba tomando forma hasta que finalmente se convirtió en el mismo Dios de la Muerte. Este Dios de la Muerte era horriblemente feo, y muy grande. Tenía la pinta de un fantasma etéreo, como si fuese un espíritu. Madara, que ya estaba acostumbrado a verlo, miró a Minato y a Stefano.-Bueno, el pacto es sencillo, tenéis que dar vuestro corazón a cambio del control de la vida y la muerte.-Minato y Stefano se miraron, incrédulos, e incapaces de comprender lo que decía el Uchiha. Sin embargo, en cuestión de segundos, el Dios de la Muerte se abalanzó sobre ellos, traspasándolos por completo y, sujetando con ambas manos los dos corazones. Acto seguido, el Dios de la Muerte abrió la boca y se comió ambos corazones. Tras hacer esto, el espíritu desapareció de la misma forma que había aparecido, convirtiéndose en chakra de color negro y volviendo al cuerpo de Madara. Sorprendentemente, no había ninguna herida en los cuerpos de Minato y Stefano. No había ningún rastro de sangre en su pecho y no sentían absolutamente ningún dolor. Parecía cosa de magia, pero es que sólo el verdadero Dios de la Muerte era capaz de jugar con la vida y la muerte como si fuesen muñecos de trapo.
Madara, observando el despacho con su Fumetsu Mangekyou Sharingan, vio dos fuentes de poder increiblemente poderosas. Estos chakras provenían del interior del suelo, justo debajo de los ladrillos. Al parecer, había un escondite oculto debajo del suelo para que nadie pudiera encontrar esas fuentes de poder. El Tsuchikage anterior, sin duda, había conseguido esconder esos chakras para que nadie los encontrase, pensando, quizá, que a nadie se le ocurriría utilizar su Doujutsu en su despacho. Madara mostró su sonrisa malvada, las cosas empezaban a mejorar, y por fin volvería a reunirse con un viejo conocido.

por **Stefano** Lun 13 Ago 2012 - 9:35

Stefano entro caminando atravez de la mansion del Tsuchikage, una vez estuvo afuera del despacho del Tsuchikage observo que habia una kunoichi sentada en un escritorio, la kunoichi lo vio y le pregunto: A que debemos el honor de su visita Raikage-Sama? Stefano la miro y le contesto: Como ya te debieron haber informado vine a visitar a su lider. La kunoichi se levanto de su escritorio y dijo: Muy bien le informare a Tsuchikage-Sama, Stefano rapidamente la detuvo y mientras sonreia le dijo: No, prefiero darle la sorpresa yo mismo, ademas debo tratar un tema privado con el

por **Stefano** Lun 13 Ago 2012 - 9:41

Stefano abrio la puerta del despacho del Tsuchikage lentamente, de modo que Madara viera que no se trataba de un enemigo, Stefano entro lentamente con la cabeza agachada y al levantarla vio a Madra quien miraba hacia el suelo. Stefano sonrio y le dijo: Vaya veo que estas ocupado, Stefano se dispuso a observar los alrededores de la oficina del Tsuchikage y noto a los clones, solo que tenian algo diferente, sus ojos no eran los mismos, un estremecimiento paso por la espalda del ninja y se giro otra vez hacia Madara y le dijo: Veo que hiciste mejoras a los clones, aunque para mi gusto tus metodos son demasiado macabros.
Bueno de cualquier forma vine a pedirte un favor, se que eres el unico que puede hacerlo, de otra forma no hubiera venido ante ti, quiero que me enseñes el.....RASENGAN

por **Madara** Lun 13 Ago 2012 - 10:42

Madara, que estaba perdido en sus propios pensamientos mirando detenidamente el suelo con su Fumetsu Mangekyou Sharingan activado, desvió levemente su mirada hacia la puerta, donde entró un recién conocido del legendario shinobi: Stefano, el nuevo e inexperimentado Raikage. Con el rostro serio, y... frunciendo el ceño, Madara escuchó con poco interés las palabras del recién llegado, para luego, simplemente, responderlo con unas carcajadas de burla o mofa.-¡¡¡¡Jajajajajaja!!!!-Madara no podía creer lo que estaba pasando... el Raikage le estaba pidiendo que le enseñara el Rasengan. Era demasiado bonito como para que fuese cierto, pero así era.-Ya, y... ¿qué te hace pensar que te enseñaré el Rasengan así por las buenas, joven inexperto?-Madara no tenía la más mínima intención de enseñarle a Stefano el Rasengan, ya que era una técnica destructivamente hablando muy poderosa y no todo el mundo podía aprenderla. Con una sonrisa malvada, Madara miró al joven esperando una respuesta jugosa y suculenta por su parte, con alguna oferta que llamase la atención del Uchiha.

por **Stefano** Lun 13 Ago 2012 - 11:42

Pues bien vine preparado para esto dijo Stefano mientras sonreia ya se que tu jamas haces nada por las buenas, o por hacer un favor a alguien, y me olvidaba tambien te pediria que realices un clon mio para poder usarlo en caso de emergencia agrego mientras su mirada se tornaba seria
MUSHU trae la recompensa del caballero dijo Stefano mientras veia hacia atras, de pronto un pequeño dragon rojo aparecio y le entrego a Stefano un pergamino, Stefano le mostro el pergamino a Madara y le dijo: Que te parece el Kohaku no Jōhei, a cambio de las 2 cosas que te pedi finalmente Stefano se sento en el sillon cercano a el, esperando la respuesta del legendario Uchiha

por **Madara** Lun 13 Ago 2012 - 22:04

Todavía riéndose y haciendo burla al Raikage, Madara lo miró con su Fumetsu Mangekyou Sharingan, para luego desviar su mirada hacia el dragón rojo, que había entregado un pergamino a Stefano. Después de eso, Madara paró de reírse y miró el pergamino atentamente. El Uchiha escuchó las palabras del Kage con un poco más de interés. Al parecer, le había hecho una oferta, pero seguía sin acertar y sin encajar en sus planes. La vasija por el Rasengan y un clon no era suficiente, así que Madara extendió su mano derecha hacia el Raikage, haciendo aparecer en su palma una gran cantidad de chakra que giraba a unas velocidades muy altas y se comprimía en forma de esfera. El ataque no tocó a Stefano, pero podía sentir el viento que provocaba esta técnica sin ni siquiera rozarlo.-El Rasengan es una técnica letal. Todo el que la use con efecto podrá acabar con su enemigo de una sola vez si es que le golpea de lleno. Como comprenderás, tiene un valor muy alto.-Madara hizo una pausa, mirando el Rasengan que giraba en su mano derecha, cada vez más rápido.-La vasija por el Rasengan, esa es mi oferta. Si lo quieres, bien, sino, me da igual, no necesito esa baratija.-Madara había hablado y había dado su veredicto. Si Stefano quería el Rasengan, tendría que darle la vasija.

por **Stefano** Mar 14 Ago 2012 - 14:24

Stefano observo asombrado como Madra realizaba un rasengan en su mano, jamas imagino que la tecnica fuera de tal magnitud, posteriormente el Uchiha dio su veredicto final. Stefano realmente se irrito ante lo dificil que era tratar con el Uchiha, Stefano miro a Madara y le dijo: Bueno en ese caso creo que seria demasiado arriesgado darte la vasija, ya que hablamos de una tecnica Stefano se dio la vuelta y se fue acercando poco a poco a la puerta. Stefano se dio media vuelta y mirando una ultima vez a Madara le dijo: Oh me olvidaba, queria hacerte una pregunta...hay alguna forma de poder obtener el fumetsu sin la necesidad de un trasplante de ojos del familia?, solo dime si existe una o no

por **Madara** Jue 16 Ago 2012 - 11:09

Madara, para su sorpresa, comprobó desde su sitio cómo Stefano se retiraba y se iba por la puerta, sin embargo, se giró para realizar una última pregunta al legendario. Madara, con una sonrisa malvada, miró los ojos del Raikage y... frunciendo el ceño, contestó con voz ronca y fuerte.-No. Ya sabes cuáles son los requisitos para conseguir el Fumetsu Mangekyou Sharingan. El único modo es consiguiendo los ojos de un familiar tuyo... bien te los puede dar él mismo por su propia voluntad, o quitárselos.-Madara hizo una pausa, sin dejar de sonreír de forma malvada, para dar una última indicación.-Sin embargo... hay una forma de burlar esta condición sin la necesidad de que un familiar pierda sus ojos. Es muy sencillo realizar una clonación para aquellos que sabemos cómo se usa el jutsu. Por suerte, soy el único con vida que sabe el nombre de la técnica, y lamento decirte que me llevaré el secreto a la tumba. Nadie en su sano juicio conseguirá sacarme esa información.-Sin más, ignoró a Stefano y se dio la vuelta, dándole la espalda y mirando hacia la ventana. De repente, el cuervo volvió a entrar por la ventana y se posó en el hombro izquierdo de Madara, observando al Raikage.-Si no quieres nada más, puedes irte, Raikage-dono. Realmente has perdido el tiempo en venir aquí a hablar conmigo. Has perdido tu única oportunidad de perder el Rasengan por mi parte, y nunca conseguirás el Fumetsu. Deberías prepararte por ti mismo para cuando comience la guerra contra el enemigo. Pidiendo ayuda a los demás ninjas no llegarás muy lejos.-Tras esas palabras, Madara cruzó los brazos y entrecerró los ojos, notando en su frente un viento frío que entraba por la ventana.

por **Stefano** Vie 17 Ago 2012 - 9:06

Stefano veia como el legendario le hablaba mientras sonreia maquiavelicamente, despues de que Madara termino de hablar Stefano lo vio y sin entender mucho lo que dijo el Uchiha dijo: Un clon? Y como eso ayudara a burlar el requisito del Fumeetsu? Al parecer habian muchas cosas que Stefano aun no sabia de los Uchiha, rapidamente Stefano sonrio y agrego: Sin embargo con relacion a lo que dijiste de prepararse para la guerra, por ese mismo motivo es que me encuentro en este preciso instante hablando contigo, no hay ningun ninja que sea lo suficientemente fuerte como para no aprender de otro ninja. Stefano finalmente bajo la mirada y dijo: Cuentame de esa manera de poder obtener el fumeetsu por favor Madara

por **Madara** Vie 17 Ago 2012 - 11:12

Madara escuchó las palabras de Stefano, casi parecía querer suplicarle por el secreto del Sharingan que sólo el legendario conocía. Sin dejar de mostrar su sonrisa malvada, giró levemente su cuello, mirando de reojo hacia el lugar donde se encontraba el Raikage. El cuervo seguía posado en el hombro izquierdo de Madara y agitó sus alas, pero no alzó el vuelo... seguía mirando fijamente al joven Uchiha.-Eres un miembro del clan Uchiha. ¿Sabes lo que implica llevar la sangre del clan en tu cuerpo, Stefano? Somos un clan maldito destinado a la guerra. Nosotros, los Uchiha, somos máquinas de guerra hechas para matar y arrasar con todo a nuestro paso. El Sharingan tiene muchos secretos que desconoces, y seguro que no sabes ni la mitad de sus trucos.-Acto seguido, se giró, volviendo a mirar de frente al joven y apoyando su espalda contra el cristal de la ventana, al mismo tiempo que el viento ondeaba su larga melena de pelo negro.-Yo puedo enseñarte todos los secretos que quieres saber, Stefano. Soy el indicado para ello, y soy un buen maestro, aunque te parezca increíble. Sin embargo... deberás abandonar esa actitud que tienes. Si quieres obtener el legado del clan Uchiha debes seguir mis enseñanzas, mis indicaciones, y hacer todo lo que yo te diga.-Madara parecía decisivo con su decisión, y su propuesta era clara: estaba dispuesto a enseñarle todos los secretos del Sharingan si Stefano se pasaba al lado oscuro en el que vivía el legendario Uchiha. Era la hora de adquirir un alumno, alguien que aprendiera todo lo que Madara sabía, y alguien digno de reemplazarlo cuando ya no estuviese.

por **Stefano** Vie 17 Ago 2012 - 16:26

Stefano realmente se sobresalto al escuchar la proposicion del Uchiha, al parecer Madara le habia ofrecido enseñarle los secretos del Sharingan a cambio de que Stefano se conviertiera en su discipulo, esto significaba ganar un gran poder, pero al mismo tiempo implicaba que Stefano pierda todo el sentido de su existencia, seria unirse al "lado oscuro", Stefano miro seriamente al Uchiha y le dijo: Realmente me honra tu propuesta pero creo que por el momento paso, no te lo tomes personal, solo que tu y yo no coincidimos en ideologias. Sin embargo me interesaria mucho informarme acerca de lo que sabes, asi que te vuelvo a proponer el Kohaku no Jōhei, a cambio de los secretos del Sharingan, o almenos el secreto para despertar el fumeetsu atravez de los clones como me indicaste, yo creo que deberias pensarlo muy bien Madara, te estoy ofreciendo una de las armas atesoradas del Sabio, oportunidades asi no se presentan todos los dias. Stefano volvio a sacar el pergamino de su bolsa dispuesto a entregarselo a Madara una vez este le haya ayudado a obtener la tan preciada evolucion del sharingan, obviamente si es que el legendario Uchiha aceptaba el trato.

por **Madara** Sáb 18 Ago 2012 - 9:51

Madara soltó una pequeña risa maquiavélica cuando escuchó, de nuevo, la respuesta de Stefano y su nueva propuesta, ofreciendo de nuevo el Kohaku no Jōhei. El legendario cerró los ojos, pronunciando unas palabras para sentenciar la conversación de forma definitiva.-Mmm, el Rasengan, un clon, la evolución del Sharingan... pides muchas cosas para ser Raikage. No... no te diré cómo se puede engañar al Fumetsu Mangekyou Sharingan, ya conoces cuales son mis condiciones.-El Uchiha legendario abrió sus ojos, haciendo brillar su Fumetsu Mangekyou Sharingan en un destello de color rojo sangre.-¡¡¡No, Stefano, nunca serás un Uchiha como es debido!!! Estas son mis ofertas, y no son negociables, puedes tomarlas, o dejarlas: el Rasengan por el Kohaku no Jōhei, la evolución del Sharingan por unirte a mi bando, y el clon... simplemente, no lo haré, no es necesario.-Así pues, los clones de Minato y del mismo Stefano se adelantaron unos pasos, poniéndose entre Madara y el Raikage y fijando sus doujutsus en el ninja de Kumogakure, parecían estar dispuestos a echarlo por las malas si no recapacitaba.-No eres un ninja que pueda estar orgulloso de sus habilidades. Para vencer a enemigos poderosas, necesitas técnicas poderosas, o bien, saber cómo utilizar tus propios recursos. Por desgracia para ti, no eres un shinobi que sepa cómo utilizar sus recursos, por eso mismo buscas más poder del que tienes, porque temes volverte demasiado débil como para morir defendiendo lo que más quieres... tu villa.-De nuevo, Madara hizo una pausa breve, entrecerrando levemente sus ojos y frunciendo el ceño.-Ya has escuchado todo lo que tenía que decir. Piensa en lo que te he dicho y toma una decisión lo antes posible. Estoy dispuesto a ayudarte, sólo si te unes a mi propia causa. Después de todo, eres el mismísimo Raikage de Kumogakure, no deberías frecuentar con ninjas como yo... criminales, asesinos, renegados, exiliados, y que son un peligro para la estabilidad mundial.-Tras decir sus últimas palabras, el Uchiha volvió a girarse, dando la espalda a Stefano y mirando el cielo oscuro de esa noche veraniega. Los ninjas de Iwagakure dormían en ese momento, y muy pocos sabían acerca de esa extraña reunión en el despacho de Madara.

por **Stefano** Dom 19 Ago 2012 - 10:56

Stefano se molesto mucho ante la exagerada risa y las palabras del legendario, pero el no podia negar que llegado el momento tenia razon en que Stefano siempre vivio con el miedo de no ser lo suficientemente fuerte como para proteger aquello que el queria, una vez lo paso y se lamento toda la vida. Stefano bajo la cabeza un segundo y al levantarla tenia activado el Sharingan, de pronto los dos clones se pusieron delante suyo, Stefano simplemente los ignoro y miro fijamente a Madra y le dijo: Bueno quiza tienes razon, no deberia frecuentar a personas como tu, criminales, sin embargo no todos los dias uno se encuentra a una figura tan emblematica como tu Stefano saco su katana y con una sorprendente rapidez se adelanto a los dos clones y se puso frente a frente con Madara, al siguiente rato se arrodillo y agrego: Acepto sus terminos Tsuchikage-dono, por favor entreneme y enseñe los secretos de tan poderoso clan como es el nuestro, el clan UCHIHA Stefano se levanto despues de hacer semejante reverencia y mirando por la ventana hacia afuera de la oficina dijo: Muy bien y donde me entrenara Madara-sensei?

por **Madara** Dom 19 Ago 2012 - 11:24

Madara escuchó las palabras de Stefano, que esta vez estaban más cerca del legendario. El shinobi se giró de nuevo, y pudo ver cómo el joven se encontraba de rodillas, haciendo una reverencia, suplicando a Madara que le enseñase los secretos del clan Uchiha. El Tsuchikage en funciones, miró al Raikage con una sonrisa de satisfacción, y... cuando Stefano se levantó y se puso de pie, Madara comenzó a hablar.-Bien, has hecho una sabia decisión. Estas son mis reglas: no hay preguntas, y deberás hacer lo que te diga sin rechistar. ¿Lo has entendido?-Madara miró al joven con el ceño fruncido, asintiendo tras unos segundos y continuando con su charla.-Lo primero de todo, quiero que me traigas la vasija. De esa forma, podré comprobar que realmente estás a mis servicios y no intentas burlarte de mí... debes saber que no me gustan las personas que me traicionan y las que lo hacen, acaban muriendo.-Madara caminó lentamente, dando pasos cortos y pasando de largo, ignorando a Stefano y colocándose al lado de sus ayudantes.-Nos encontraremos en el gran cañón. Todavía tengo unos asuntos que tratar con mis ayudantes, y... bueno, de esa forma, te dará tiempo a ir a Kumogakure a por la vasija.-El legendario caminó hacia la puerta, abriéndola del todo y mirando a Stefano, invitándolo a salir del despacho de forma amistosa.-Nos veremos mañana, a las 10 de la mañana. Hasta entonces.-Tras esas palabras de despedida, Madara esperó a que Stefano se marchase para poder seguir con su plan y mejorar su poder militar.

OFF: La hora es puro rol. Nos veremos en el gran cañón en cuanto ambos terminemos nuestros asuntos, tómate tu tiempo, tengo que tratar un tema complicado y tardaré un poco.

por **Stefano** Lun 20 Ago 2012 - 2:13

Stefano se sorprendio mucho ante el cambio de Madara al parecer el Uchiha podia ser un criminal de la peor calaña solo que era muy amable con sus "amigos" o almenos con las personas que estaban involucradas con su causa, Stefano sonrio y dijo: Pues bien muchas gracias Tsuchikage-dono, nos veremos mañana a las diez en el gran cañon

por **Madara** Jue 23 Ago 2012 - 0:47

Cuando finalmente, Stefano se había ido de aquel lugar, Madara se quedó a solas con sus ayudantes y el cuervo, que seguía posado sobre su hombro. Al cabo de unos minutos, el Uchiha volvió a mirar al suelo con su Fumetsu Mangekyou Sharingan activado, contemplando dos fuentes de chakra enormes que venían de su interior. Sin pensarlo dos veces, el shinobi legendario apretó su puño derecho, asestando un poderoso golpe al suelo que hizo añicos las baldosas y mostró lo que se ocultaba bajo ellas... Dos teteras de pequeño tamaño se encontraban ahí, llenas de polvo y protegidas por unas cadenas especiales.
A simple vista, no parecían una gran fuente de poder... pero Madara no pudo evitar mostrar una sonrisa al verlas.-Impresionante... así que éste es el poder de los Uzumaki. Sus sellados son toda una grandeza, sin duda.-Dicho esto, el Uchiha se agachó, cogiendo las dos teteras con sus manos, y se acercó a los clones de Minato y Stefano, mirándolos fijamente con el ceño fruncido.-Nos vamos al gran cañón. Adelante rubio.-El clon del Hokage asintió con la cabeza, y... mostrando una leve sonrisa, hizo un sello con una mano mientras cogía a Madara con la otra y el clon del Raikage mantenía agarrado el hombro de Minato. Acto seguido, desaparecieron en un destello de color amarillo, sin dejar rastro de su presencia.

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