De nuevo en la niebla

por Kerjex Dom 23 Ago 2009 - 17:31

La niebla parecia no haber cambiado de manera mas minima mientras me habia ausentado, ciertamente el viaje a konoha y atravezar el pais del fuego habia sido de cierta manera tediosa aunque no tanto como lo habia sido mi pequeña experiencia al visitar la seca famosa aldea de suna en compañia de aquella miembro de Taka. Me encontraba sentado en una pequeña banca a la sombra de un viejo roble que se erguia con orgullo como si quisiese demostrar los años y tempestades que habia soportado. Mientras que en mi regazo descansaba mi espada Gessihime fuera de su vaina y mostrando un magnifico brillo producido por un mediano trozo de tela a mis pies de color grisaceo verdoso que daba la impresion de estar cubierto de polvo.

Alze bastante satisfecho mi pequeño tesoro contemplando la hoja y el filo que parecian destella como si el mismisimo sol habitase en ellos. Era de especial importancia para mi cuidar aquel objeto no por su rareza o porque era la espada que me marcaba como uno de los 7 espadachines de la niebla, si no porque representaba el unico legado que mi viejo amigo y mentor Tom me habia dejado.

-Me pregunto si valio la pena ir hasta konoha - me pregunte a mi mismo en voz alta, pensando en las imagenes que pasaban por mi mente en recordatorio a lo acontesido en la villa de la hoja - espero que zabuza-sama este deacuerdo con esto...

No le habia dicho nada aun al mizukage hacerca de mi estadia en aquella extranjera villa, ciertamente lo habia hecho sin su licencia aunque confiaba en que comprendiese los motivos por lo que lo habia hecho, me preocupaba demasiado la forma en que akatsuki se movia y la manera en que podria afectar a la niebla.

El viento soplaba con pereza aunque con frescura, trayendo consigo agradables sensaciones acompañadas de ideas y recuerdos sobre todo de los rios y lagos contemplados en el antaño de mi vida. Era un jounin y era casi imposible creer que hace dos años no era mas que un niño que entrenaba con un anciano cerca de un riachuelo. La nostalgia me invadia conforme la memoria tomaba control de mis pensamientos, por lo que sacudi la cabeza para despejar aquello. Me habia prometido no volver a dejarme llevar por aquello que me resultaba tan triste.
Alze la hoja de Gessihime, la cual comenzo a deslumbrar con aquel brillo adquirido con mi propio esfuerzo, arriba y suspendida pude notar mi reflejo en la hoja de mi querida arma, me ceia cansado, y poco reconocible de los tiempos en que me reia de los cuentos del anciano shinobi que me habia cuidado. Ciertamente nesecitaba descansar, unas ojeras comenzaban a formarse por debajo de mis ojos producto de las escasa horas de sueño que habia tomado ultimamente.

-Definitivamente debo tomarme un par de dias libres, ser shinobi acabara por consumirme con el cansancio si sigo aqui - espete estirandome un poco en mi asiento.

No me habia gustado nada el aspecto que reflejaba, sobre todo las ojeras que parecian asentuar la frialdad e indiferencia inexistentes en mis blanquigrisaseos ojos, aquello ojos que aveces no me gustaba como miraban y que sin embargo eran la unica prueba de que alguna vez habia tenido una persona a la cual hubiera podido llamar mama.

El lugar olia a humedad, seguramente habia llvido hace pco y el ya desendiente sol acentuaba aquel aroma despues de haber terminado su sagrado y diario camino atravez dl firmamento y que señalaba el comienzo del final de un dia mas.. Mis acciones traerian consecuencias, akatsuki no se quedaria quieto, actuarian contra la niebla o contra konoha, fuera lo primero o lo segundo tenia que entrenar y estar preparado para lo que se aecinaba a mano de shinobis bastante fuertes

por Kerjex Miér 26 Ago 2009 - 13:17

El sol ya comenzaba a proceder con su diario caer impregnando el cielo con aquel tono rojizo que lo sacaba de su monotonia azul del amanecer, y el cual me agradaba mas que el turquesa ahbitual. Las nubes se movian lentamente como si el propio viento se hubiese aburrido de jugar con ellas arrastrandolas a su voluntad. Todo aquello observaba mientras seguia sentado en aquella banca de la plaza de la niebla que a esas instancias ya estaba poco menos que vacia.

Solo se distinguian algunas personas que pasaban de manera breve por ahi dirijiendose a sus hogares dado que habian finalizado sus actividades del dia, mientras solo les segui distraidamente con la mirada mientras mi verdadera atencion seguia fija en los razonamientos propios dadas mis acciones en los pasados dias en la villa de la hoja.

-Me pregunto si el Hokage afrontara esto como espero - me cuestione a mi mismo en un susurro - almenos espero que akatsuki no se decida a atacar la niebla.-

A mi lado mi delgada espada reposaba exibihiendo aun el pulido y brillo que habia adquirido hace un rato ya, y que la hacia lucir de modo que reflejaba el astro al que debia su nombre: la luna, la cual ya ocmenzaba su aparicion tras la caida del sol, que ademas permitia ver estrellas mas pequeñas y lejanas que el, que comenzaban a destellar en el cielo que dejaba atras su tono rojizo para darle paso a ese azul oscuro que no era de mi agrado precisamente, a esepcion de por el hecho de que dejaba ver los tenues tintineos de la luz de las estrellas, que dejaban claro el porque habian sido el motivo de inspiraciones y sueños para muchas personas.

Tome a Gessihime de donde la habia colocado y la guarde nuevamente en su fina funda, la cual a su vez deposite al lado de mi presiado violin que llevaba conmigo a todos lados. A si como tambien me puse de pie para desplazarme hasta donde se ubicaba la residencia del mizukage. Era momento de hablar con el informarle de mi estadia en konoha y mi pequeña charla con el Hokage de la aldea.

-Almenos espero que no se enoje - dije pensando enlas posibles reacciones del mizukage - aunque de cualquier forma debo de informarle de lo que paso .-

Me despereze un poco ante la idea y el hecho de que habia estado sentado un buen rato. Antes de emprender el camino tome aquel trapo verdoso con el que habia pulido mi espada y me lo guarde en el bolsillo y usarlo en un futuro. Colocando mi violin en la espalda emprendi la lenta marcha hacia donde posiblemente podria encontrar al lider de la aldea de la niebla.

De nuevo en la niebla

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