Capítulo 4 - Infiltración en la Arena

por **Madara** Mar 19 Jun 2012 - 2:52

Era un día caluroso de finales de primavera como otro cualquiera en el País del Viento. El sol quemaba y achicharraba todo lo que tocaba y el viento seco del desierto provocaba un sudor intenso por todo el cuerpo. Quien viviera en la Villa Oculta de la Arena, ya estaría acostumbrado a las altas temperaturas del desierto, compensadas por el extraño frío que hacía entrada la noche.
Un hombre caminaba por las dunas de arena con paso lento, acalorado, sin agua y sin sombra alguna. 40º o 50º, daba igual, cada segundo que pasaba aquel hombre en ese desierto era una tortura, un sufrimiento que no podía evitar. Y es que este hombre no tenía ninguna otra alternativa, ya que tenía una misión importante que cumplir y, por ese motivo, se dirigía a la Arena.
Pasadas unas horas, por fin se podían ver las puertas que daban paso a Sunagakure. Allí mismo, 2 shinobis vigilaban el paso para que nadie sospechoso pudiese entrar o salir de la villa sin ser visto. Estas puertas, se encontraban en medio de un pasadizo de rocas elevadas que daban, posiblemente, la única sombra en todo el País del Viento.

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Este hombre acalorado, medio inconsciente debido a las altas temperaturas, se encontraba a unos metros de la entrada a la villa, cuando de repente, empezó a tambalearse, y... con sus ojos entrecerrados, cayó al suelo. Los vigilantes, que habían visto lo sucedido, se aproximaron a aquel hombre, y... dándole agua y un poco de aire con un abanico, consiguieron reanimarlo.-¿Se encuentra usted bien, señor?-Preguntaron los vigilantes. El hombre, de unos 50 años, con el pelo gris y arrugas por todo el cuerpo, respondió.-Vengo de Konoha. Soy uno de los consejeros del Godaime Hokage, Ryunosuke Senju. He sido enviado con el fin de entregar un mensaje de vital importancia al Kazekage.-Los vigilantes se miraron, y, con un suspiro, respondieron.-El Kazekage se encuentra en estos momentos fuera de la villa, atendiendo unos asuntos personales con el señor feudal del Viento. Puede esperarlo en su despacho si quiere.-El hombre, con el rostro serio, dijo.-Está bien. Pero es un asunto de vida o muerte. Tal vez, si el mensaje no es entregado con la mayor brevedad posible, su vida y la del todo el País del Viento esté en peligro.-Los vigilantes volvieron a mirarse y asintieron con la cabeza.-De acuerdo, le entregaremos un comunicado urgente para que regrese de inmediato. Uno de nosotros lo acompañará a su despacho, no tardará mucho en volver.-Y, de este modo, uno de los vigilantes acompañó al hombre al interior de la villa. Un hombre al que le brillaban los ojos y un hombre que pronto cumpliría su verdadera misión, cuyo objetivo no era otro que el de infiltrarse en Sunagakure. Madara Uchiha había empezado a moverse nada más declarar la guerra al Hokage, y... oculto tras una técnica de trasformación, se adentraba en lo más profundo de Sunagakure para dar comienzo con su plan.

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