El inicio del fin.

Dicen que del miedo nadie se salva, porque tarde o temprano a todos les llega, pero si hay una o varias forma de afrontarlo, y una de ellas es la de mirar a ese mismo terror a los ojos, de pecho firme y pisada fuerte listo para decir en un acto de confianza, "Hey, aquí estoy, ¿Y ahora qué?" ¿La futura muerte acaso? Pues si de eso era necesario, claro que si, puesto que ni el miedo a pesar de su gran picardía para cubrir las piernas del joven en un continuo temblor no resultaba ser lo suficientemente bueno para hacerlo retroceder, sino que mas bien, para regalarle una larga y extensa sonrisa, la cual les permitiría hacer a ese pequeño sufrimiento en algo mas ligero y quien sabe, quizás, algo mas cómico a esos últimos momentos...

- ¿Valor? - La única pregunta que recorría a gran velocidad la mente de Sieg al ver por la ventana de su despacho a su pequeña gran aldea y recordar hasta ese momento la gran responsabilidad que cargaba en sus hombros y manos, Aquél chico... ¿Estaría listo para morir por su aldea, su familia, su hogar, su gente? Como sea, aquella presión sobre el chico cada vez con forme pasaban los minutos se iba incrementando mas y mas o por lo menos hasta el punto en el que colocando sus manos dentro de los bolsillos de su túnica de Kage, este saco un pequeño bolígrafo y sentándose en la silla de su escritorio que se encontraba en el centro de la sala, comenzo a escribir lenta pero dedicadamente una carta en blanco y tinta negra...

Aquella pequeña pero notable acción había sido un tanto curiosa para quien la viera, pero ja,ja... Cómico, pero en aquella sala no resultaba haber ni usa sola alma ademas de la del Kage, la cual, al cabo de unos extensos minutos había terminado aquel pequeño manuscrito, motivo suficiente para que con su mano derecha lo doblara y guardara en su bolsillo como en una pequeña carta.

- Es hora... - Lo decía en un susurro con su rostro y mirada hacia el suelo a medida que comenzaba a caminar hacia la puerta de su despacho con ambas manos extendidas en dirección hacia abajo y de su rostro se desprendía una sonrisa nada discreta.

¿Acaso la respuesta del fin de su supuesto "miedo" estaba escrita en esa carta? ¿O quizás solo era fachada para futuras acciones de mal presagio? Quien sabe, ya que nadie por el momento a excepción de el Uchiha, sabia lo que había escrito en ella y hacia donde se dirigía o mejor dicho, en que manos iría a parar, nos dejaba a todos o a mas de uno con la única opción de esperar...